El pie plano consiste en la disminución del arco plantar acompañado de un aumento de la zona de apoyo en el mediopie y una caída hacia dentro del tobillo. Puede provocar dolor en la musculatura de la zona interna de la pierna, ocasionando incluso tendinitis, o dolor en el dorso del pie.
El pie plano suele tener causa genética, aunque puede deberse a una disfunción del tibial posterior. En todos los casos un diagnostico temprano y una corrección adecuada resulta fundamental para prevenir complicaciones, como son la fascitis plantar o la degeneración de la alineación de la rodilla, asociando un genu valgo.
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