El objetivo de este artículo es explicar qué es una infiltración y todos los mitos existentes sobre ella.
Como médicos oímos constantemente como un paciente pregunta si le vas a poner una infiltración, pero si le preguntas a el si sabe que es una infiltración solo te dice que pinchar, creyéndose que todo es igual, lo que se pinche, dónde se pinche y cómo se pinche.
Además, te dicen con bastante frecuencia que no son buenas, sin saber sin saber nada de nada, y también muy frecuentemente te dicen que no se pueden poner más de 3 veces.
Antes de explicar técnicamente todo sobre las infiltraciones cómo parábola comparativa diremos que, el decir que una persona pinta no define en sí mismo nada, pues se puede hacer en un lienzo, en un papel, en una pared, etc. Se puede hacer con materiales como la acuarela pastel, carboncillo, acrílico, óleo y otros materiales. Se puede pintar un paisaje, un bodegón un retrato algo abstracto. Se puede hacer técnica cubista clásica, abstracta, etc. y finalmente se puede hacer también que sea una obra de arte digna de colgarse en el Museo Princesa Sofía o todo lo contrario.
Lo primero que tenemos que saber es qué la infiltración consiste en aplicar mediante una inyección en un sitio determinado del cuerpo una medicación de forma local.
Y al igual que en la pintura aplicamos materiales muy diversos, la infiltración igualmente es muy variada, pudiendo ponerse anestésicos variados, antiinflamatorios variados, entre ellos los corticoides, ácido hialurónico, colágeno, enzimas variadas, factores de crecimiento o plasma rico en plaquetas e incluso células madre. Cada uno de ellos es un mundo distinto y pueden utilizarse en algunos casos de forma combinada.
Todas estas cosas podemos aplicar las infiltraciones en localizaciones diversas, cómo articulaciones, de forma intrarticular y extraarticular, tendones, de forma peritendinosa o intratendinosa, intramuscular, en quistes fibrosos, quistes de Baker, quistes sinoviales, etc.
La técnica también puede ser variada en cuanto a las agujas utilizadas, la vía de entrada, la aplicación por palpación, control ecografico, bajo control radioscopico, etc.
Todo lo anterior hace que si pones lo que tienes que poner, dónde lo tienes que poner y cómo lo tienes que poner, sea una técnica buenísima en la práctica médica, que nos aporta en cada caso unas virtudes terapéuticas indispensables de las que no debemos prescindir, como no debemos prescindir de técnicas quirúrgicas, farmacologicas, rehabilitadoras, ortopédicas, etcétera. Teniendo cada cosa su indicación en su situación y su momento conveniente.
Falsos mitos
1. Las infiltraciones son malas.
Ya hemos explicado qué es una técnica médica completamente conveniente en su indicación adecuada, pero vamos a explicar algunas cosas que han justificado está mala prensa, una de ellas lo habrán oído en la prensa al decir qué tal jugador o tal corredor ha salido infiltrado, siempre hace referencia a la aplicación mediante infiltración de un anestésico que permita disputar esa carrera o jugar ese partido, lo cual puede ser lógico en algunos casos, pero no en otros por el riesgo de agravarse la lesión.
2. No es bueno aplicar corticoides de forma local.
Un antiinflamatorio corticoide es muy útil localmente si se aplica con la técnica correcta y evita la utilización masiva de antiinflamatorios vía general, que pueden acarrear más problemas digestivos, renales, etc. y tienen menos eficacia pues una pequeña cantidad de antiinflamatorio local nos hará un efecto mucho más positivo que una mayor cantidad vía general, al repartirse indiscriminadamente por el organismo a diferencia de la infiltración local, pero como todas las cosas tiene sus indicaciones y contraindicaciones, como a nuestro juicio intratendinosamente.
3. No se pueden realizar más de 3 infiltraciones al año.
Como hemos dicho anteriormente podemos infiltrar muchas cosas, como el ácido hialurónico, que se puede aplicar en numerosas ocasiones, factores de crecimiento o colágeno. Pero lo de las tres veces hace referencia específicamente a corticoides, cosa qué no es verdad, dependiendo de la cantidad que utilicemos, esto último lo vamos a entender muy fácilmente pensando en qué sí aplicamos un vial intraarticular, de por ejemplo celestone cronodose, sería correcto pensar en un máximo de 3 aplicaciones pero por una simple regla de tres si aplicáramos la cuarta parte del vial podríamos aplicarlo hasta 12 veces, lo cual quiere decir qué podemos utilizar más de 3 veces una infiltración en una cantidad menor y más fisiológica.
Además podemos aplicar varias veces una infiltración en una articulación y varias veces en otra u otras localizaciones.
Esperamos que con todo lo explicado puedan ver a las infiltraciones con una visión amplia y correcta recordando que como todas las cosas hay que entenderlas y aplicarlas correctamente por un conocimiento adecuado de ellas